En este viaje, la carretera no es un medio, es el fin en sí mismo. Y los pueblos y ciudades del camino se presentan como excusas para realizar una parada. Sucede que son muy buenas excusas: Salamanca, Zamora, Oviedo, Plasencia, Cáceres, Mérida, Astorga,BÉJAR… Forman la Vía de la Plata, que podría ser el equivalente ibérico a la Ruta 66 de Estados Unidos, un mito de asfalto para moteros que cruza el país de costa a costa.